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El pan engorda? Y otro mitos sobre el pan..

El pan es un alimento fundamental en la dieta mediterránea. Se encuentra en cada hogar y es un elemento esencial en la mesa de la mayoría de las familias. Tal vez debido a su popularidad, han surgido algunos mitos en torno al pan. Muchos desconocen su origen y otros pueden haber surgido por malentendidos. Para evitar que estos mitos continúen, debemos estar bien informados para no difundir estas falsas creencias. Queremos aclarar los principales mitos que se generan en torno al pan, para que estén bien informados y puedan disfrutar de este alimento con la frecuencia y variedad que deseen.

Desmentimos 5 mitos sobre el pan

  1. El pan engorda
    Podríamos decir que este es el mito más arraigado que existe: ¿cuántas personas que quieren perder peso eliminan el pan de su dieta en primer lugar? El pan es uno de los carbohidratos de absorción lenta que proporciona energía gradualmente para nuestras actividades diarias. No es un producto hipercalórico y contiene poca grasa. Además, aporta vitaminas y minerales, especialmente del grupo B. Por lo tanto, no podemos considerar al pan como uno de los alimentos más engordantes. Sin embargo, debemos tener en cuenta con qué lo acompañamos y también la cantidad. El desayuno no es lo mismo con pan tostado con salchichas o mantequilla y mermelada (con una buena cantidad de grasas en el primero y grasas y azúcares en el segundo), que con tomate y queso fresco, una opción más ligera. No es lo mismo acompañar las comidas con un par de rebanadas de pan que hacerlo con media hogaza.
    En cualquier caso, lo que debería quedar claro para todos es que en una dieta saludable las verduras deben ser las protagonistas de las comidas principales (50% del plato) y los alimentos basados en carbohidratos, como el pan o el arroz, deben estar presentes en una proporción del 25%. El 25% restante debe estar compuesto por alimentos proteicos. Si no conocen el método del plato saludable, pueden descubrirlo en este artículo.
  2. Es mejor reducir el pan después de las 18:00.
    A menudo se dice que el pan después de las comidas engorda porque «no podemos quemarlo». Esto es falso. El pan forma parte de un grupo de alimentos (cereales, derivados y tubérculos) que deben estar presentes en todas las comidas principales, incluida la cena. También puede ser un buen ingrediente para los snacks, por ejemplo, en forma de sándwich. La idea de eliminar los alimentos ricos en carbohidratos en la última parte del día proviene de la falsa creencia de que el pan engorda.
  3. El gluten debe evitarse
    El consumo de productos sin gluten ha aumentado recientemente. Aunque los especialistas insisten en que el gluten no es perjudicial y solo debe evitarse por personas diagnosticadas con enfermedad celíaca o sensibilidad al gluten no celíaca, las dietas «sin gluten» han surgido como una tendencia sin mucho fundamento. El gluten es una proteína natural presente en cereales como el trigo, la cebada y elcenteno. Favorece el proceso de cocción y le da la textura esponjosa tan apreciada.
  4. Los panes no elaborados con trigo son mejores
    El pan puede ser preparado con harina de diversos cereales. El más común en nuestro país es el pan elaborado con harina de trigo, pero se pueden encontrar panes hechos con harina de espelta, centeno, maíz o trigo sarraceno, por ejemplo. No lo hacemos porque estos cereales sean más saludables que el trigo, sino para ofrecer más opciones y variedad para satisfacer los gustos de todos. Cada cereal tiene sus propiedades y es bueno variarlos, pero no porque sean más o menos saludables. Lo importante para la salud es que el cereal sea integral, es decir, que sea completo.
    Además, algunas personas consideran que el pan elaborado con cereales diferentes al trigo o con variedades antiguas de trigo, como la espelta, es mejor para ellos. Sin embargo, sabemos que lo que realmente cambia la digestibilidad del pan es el tiempo de fermentación de la masa, ya que este proceso «pre-digiere» algunos nutrientes y componentes de la harina. Incluso la masa madre ofrece beneficios en este sentido.
    Por último, un punto más. El trigo y el centeno contienen fructanos, un carbohidrato compuesto por cadenas de fructosa que no causa problemas, excepto en personas que padecen enfermedades intestinales crónicas como el síndrome del intestino irritable o la enfermedad de Crohn. Estas personas se benefician de la eliminación temporal de los fructanos de su dieta siguiendo una dieta muy estricta llamada «FODMAP». En cuanto a los cereales, deben excluir el trigo y el centeno, pero también muchas verduras y frutas. Es importante destacar que esta dieta no es para todos ni para siempre. Se ha observado que las dietas FODMAP presentan desventajas para la flora intestinal, son difíciles de seguir y, por lo tanto, deben seguirse solo cuando están prescritas, en situaciones muy específicas y por un período limitado de tiempo, lógicamente bajo la supervisión de un profesional.
  5. El pan integral tiene menos calorías
    La recomendación de privilegiar el pan integral se debe a la cantidad de fibra que contiene, lo que lo hace una opción más saludable y saciante. No porque engorde menos o ayude a adelgazar. El pan integral contiene aproximadamente la misma cantidad de calorías que el pan blanco. La harina blanca o refinada, a diferencia de la integral, ha sido despojada del germen y el salvado. Estos dos componentes contienen vitaminas, minerales y fibra. Es por eso que el consumo de cereales integrales está asociado con la reducción de enfermedades cardiovasculares como la hipertensión, la diabetes y la obesidad. Los panes elaborados con cereales integrales contienen más fibra y son más saciantes que los panes refinados.

Ya hemos visto que hay muchos mitos que rodean al pan. Estamos seguros de que han escuchado más de uno. Es importante aclarar estos mitos porque a menudo nos llevan a creer que son más saludables. ¿Qué otros mitos han escuchado?